Después de meses de llamar a Zohran Mamdani un “lunático comunista”, un “loco total” e insultos similares y advertir que sería terrible para la ciudad de Nueva York, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adoptó un tono completamente diferente hacia el alcalde electo esta tarde.
El ambiente en la Oficina Oval era respetuoso, cordial, casi cálido mientras ambos respondían preguntas de los medios y discutían áreas de interés común, como la vivienda y el costo de vida.
Esto, por supuesto, no significa que las relaciones seguirán siendo tan amistosas una vez que Mamdani asuma el cargo en enero.
Pero parece que Mamdani causó una buena impresión en el presidente con su enfoque en hacer la vida más asequible para los neoyorquinos y lograr que se construyan más viviendas.
“Me reuní con un hombre muy racional”, dijo Trump. “Me reuní con un hombre que realmente quiere que Nueva York vuelva a ser grande”.
Si hay algo que le gusta a Trump, es un ganador. “Es algo asombroso lo que hizo”, dijo Trump sobre el improbable ascenso de Mamdani desde un relativo anonimato a la alcaldía de la ciudad más grande y rica del país.
Tal vez la decisiva victoria de Mamdani sea parte de lo que impulsa a Trump a encontrar un terreno común con el socialista democrático.
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