Un anuncio sorpresivo del Pentágono ha sacudido la frontera entre Arizona y México: la creación de una nueva Área de Defensa Nacional (NDA) de 140 millas de extensión. Esta zona, bajo la administración de la Marina de Estados Unidos, se anexiona a la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Yuma, extendiéndose hasta las proximidades del Campo de la Fuerza Aérea Barry M. Goldwater. La justificación oficial: reforzar la seguridad nacional ante el creciente flujo de actividades ilícitas.
La estrategia de defensa implica la implementación de barreras físicas, un incremento significativo en los patrullajes y la detención de migrantes irregulares, quienes serán transferidos a las autoridades civiles para su posterior procesamiento. Si bien el área ha servido como campo de entrenamiento militar, su infraestructura se ha visto considerablemente limitada hasta ahora. La decisión de expandirla se basa en la preocupante escalada de la actividad criminal y las consecuencias ambientales derivadas de las intrusiones ilegales.
Fuentes militares, citando informes internos, revelan que el tráfico de drogas y personas ha alcanzado niveles alarmantes en la región. Un informe del Consejo Ejecutivo del Campo Barry M. Goldwater de enero de 2023 detalla la incautación de 40 kilos de metanfetamina solo en diciembre del año anterior, una cifra que subraya la gravedad de la situación y la necesidad de una respuesta contundente. La colaboración entre las fuerzas armadas y las agencias de seguridad civil será crucial para el éxito de esta controvertida iniciativa. Sin embargo, grupos ecologistas ya han expresado su preocupación por el impacto ambiental a largo plazo de esta expansión militar.
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