Los reguladores de servicios públicos de Arizona votaron para iniciar la derogación de los estándares estatales de eficiencia energética y energías renovables, argumentando que el mercado debería dictar cómo operan las empresas.
Esta decisión, la primera de su tipo en Estados Unidos, ha generado incredulidad entre los defensores de la energía solar, quienes temen que envíe una señal negativa a la industria y afecte negativamente la economía de la energía solar en Arizona.
Los comisionados republicanos argumentan que los mandatos han cumplido su propósito y han cargado a los contribuyentes con costos adicionales, citando un total combinado de $3.5 mil millones gastados desde 2005.
Sin embargo, críticos señalan que no se ha evaluado adecuadamente el retorno de esas inversiones, mientras que informes independientes sugieren que los estándares de energía renovable han brindado beneficios significativos en términos económicos y ambientales.
Esta derogación plantea preguntas sobre el futuro energético de Arizona y su compromiso con la transición hacia fuentes más limpias y económicas.
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