Las áreas fronterizas entre Arizona y Sonora, como Nogales, Lukeville y Tucson, enfrentan una creciente crisis migratoria y una ola de violencia. En los últimos meses, la región ha experimentado un aumento significativo en los cruces irregulares, con la detención de casi 70,000 inmigrantes solo en el sector de Tucson.
Los enfrentamientos armados, tiroteos y quemas de casas en localidades como Sásabe, Sonora, son atribuidos a una disputa interna dentro del cártel de Sinaloa por el control del tráfico de migrantes, un negocio lucrativo en la actualidad.
A pesar de los peligros, los migrantes continúan arriesgando sus vidas en busca del sueño americano, mientras que algunos residentes de Sásabe, Sonora, huyen hacia Arizona debido a la creciente delincuencia en la zona.
Organizaciones como Salvavisión brindan apoyo a estas familias migrantes, destacando la gravedad de la situación y calificándola como una crisis humanitaria.
Aunque las autoridades locales en Sonora niegan la existencia de registros sobre la violencia en Sásabe, la Patrulla Fronteriza está tomando medidas para fortalecer la seguridad en la frontera y ampliar sus recursos para hacer frente a la situación.
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