La gobernadora demócrata Katie Hobbs y la Legislatura de Arizona, mayoritariamente controlada por republicanos, se enfrentan a un desafío financiero significativo al regresar al Capitolio estatal.
Se revela un déficit de casi mil millones de dólares, resultado principalmente de la caída abrupta de ingresos por un masivo recorte de impuestos y los costos en aumento asociados con la expansión del programa de vales escolares.
Aunque el estado disfrutaba de un superávit de 1.800 millones de dólares hace un año, ahora enfrenta un déficit de alrededor de $400 millones para el año fiscal actual y otro de $450 millones para el próximo.
El recorte de impuestos, promulgado por el predecesor republicano de Hobbs, ha eliminado el impuesto sobre la renta graduado y lo ha reemplazado con un impuesto fijo, generando una disminución de más de $830 millones en ingresos de impuestos sobre la renta de julio a noviembre del año pasado.
Además, el programa de vales escolares, que inicialmente estaba estimado en $64 millones para el año fiscal actual, se prevé que supere los 900 millones de dólares.
Este aumento en los costos ha generado tensiones entre los legisladores republicanos y la gobernadora demócrata sobre cómo abordar la crisis financiera.
A medida que los legisladores buscan soluciones, otros desafíos clave se suman a la ecuación, como la gestión del sistema del río Colorado y las preocupaciones sobre la sequía en el estado.
Hobbs ha identificado la sequía como el “desafío de nuestro tiempo” y ha tomado medidas para limitar el desarrollo en áreas vulnerables.
Además, propuestas de cambio en el programa de vales escolares han sido presentadas por Hobbs, buscando mayor responsabilidad y transparencia en el gasto público destinado a la educación.
La Legislatura enfrenta decisiones difíciles para equilibrar el presupuesto y abordar los problemas cruciales del estado.
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